Cervantes vendió el manuscrito por 1.500 reales. Durante los primeros 10 años, sólo vendió 10.000 ejemplares
El Quijote es la novela más leída del mundo. Ha sido traducida a todas las lenguas vivas y muertas, algunos aseguran que tan sólo falta el mongol. La obra de Cervantes ha traspasado las fronteras del papel para entrar con voz propia en la red y ya se puede consultar a través de Internet en su lengua original y en algunas traducciones. De la universalidad de la Mancha son testigos los millones de lectores de todo el planeta que se han dejado llevar por las andanzas del Caballero de la Triste Figura.
El Quijote es, después de la Biblia, la obra más leída y traducida de todos los tiempos. Desde que salió la primera edición del Quijote en 1605 de la madrileña imprenta de Juan de la Cuesta, las reimpresiones del libro se cuentan por decenas de miles. Se ha traducido a más de 80 lenguas distintas, incluyendo las denominadas muertas como el latín, Historia Domini Quixoti a Manica, o el sánscrito. Incluso en verso, pues el profesor Enrique del Pino transcribió a lo largo de dos años y medio las aventuras de Alonso Quijano en 140.000 versos. Así podemos encontrar El Quijote en latín macarrónico. Ignacio Calvo, sacerdote horchano, la escribió de esta forma a fines del siglo XIX. Se alcanzaron tres ediciones y una vez agotado y con elevados precios en el comercio del "libro de viejo" ahora se vuelve a editar para gozo de cervantistas, quijotistas, alcarreñistas y lectores dispuestos a pasar un buen rato. Una edición sencilla y agradable que se convierte en un libro imprescindible para quienes coleccionan quijotes o simplemente quieren tener una visión distinta de la universal novela mancheguista, para ellos un adelanto: "In uno lugare manchego, pro cujus nómine non volo calentare cascos, vivebat facit paucum tempus. quidam fidalgus de his qui habent lanzam in astillerum, adargam antiquam, rocinum flacum et perrum galgum, qui currebat sicut ánima quae llevatur a diábolo. Manducatoria sua consistebat in unam ollam cum pizca más ex vaca quam ex carnero, et in unum ágilis-mógilis qui llamabatur salpiconem, qui erat cena ordinaria, exceptis diebus de viernes quae cambiabatur in lentéjibus et diebus dominguis in quibus talis homo chupabatur unum palominum..."
Existen, además, múltiples ediciones en braille, sistema de lectura al que se tradujo por vez primera en 1914 en España. Fuera de nuestras fronteras, una de las adaptaciones más curiosas se realizó en China en 1922, con unas ilustraciones deliciosamente orientales y bajo el título de "Biografía de un espadachín caballeresco y mágico". Sin salir de Oriente es precisamente al mongol, a uno de las pocas lenguas a las que todavía no se ha traducido El Quijote, algunos expertos aseguran que es la única traducción que queda por hacer tanto de lenguas vivas como muertas.
1.500 reales
Las curiosidades que encierra la gran novela cervantina son innumerables. Desde el precio de la edición príncipe, que llegó a los 200 millones de pesetas en una subasta realizada en Nueva York en 1997, a los mil quinientos reales que recibió Miguel de Cervantes por el manuscrito han transcurrido cerca de cuatrocientos años de historia y literatura. El papel en el que se escribió salió del Molino de los Batanes, aseguran algunos expertos. Durante los primeros 10 años, sólo vendió 10.000 ejemplares. Un dato llamativo es que el país con más ediciones es Bulgaria, donde se cuentan 54.
Del Quijote, considerado el mejor libro de todos los tiempos, se guardan unas setecientas ediciones originales en el Museo Británico porque, según uno de sus expertos, "marcó el primer momento del hispanismo" en este país. Don Quijote de La Mancha es "un libro clave para los creadores porque sus personajes saben que pertenecen a una novela y entablan un diálogo con otras obras de la literatura universal, como en las obras posmodernas". Con estas palabras, el conservador de las colecciones hispánicas del Museo Británico, Barry Taylor, explica el valor de la obra cervantina.
El Quijote electrónico
El Quijote no se ha resistido tampoco a las nuevas tecnologías. La edición electrónica "variorum" del Quijote cuenta con un presupuesto de 100 millones de dólares aportado por la National Science Foundation a través de la Fundación de Investigación de Texas. Agrupará cuarenta textos, equivalentes a 120 volúmenes de mil páginas cada uno, permitirá la investigación de los hispanistas desde su punto de trabajo, identificará variantes, permitirá la consulta sincronizada textos y facsímiles digitales, e introducirá enmiendas en los textos. Se trata de contar con microfilms de las ediciones más importantes del Quijote publicadas entre 1605 y 1637, al menos diez de las ediciones "príncipes" y tres de las restantes, procedentes de la Biblioteca Nacional de Madrid, la Real Academia de la Lengua, la Hispanic Society of America de Nueva York, la Libreria del Congreso de Estados Unidos, la British Library y la Universidad de Yale. Está previsto además la firma de un convenio entre la Biblioteca Nacional de España y la Texas A&M University mediante el cual la institución española cederá los microfilms de las ediciones del Quijote impresas entre los años 1605 y 1637 y la norteamericana se comprometerá a digitalizar las obras y a facilitar el acceso gratuito y permanente a la base de datos que desarrolle para su consulta en línea.
El proyecto Cervantes 2001, radicado en el Departamento de Lenguas Clásicas y Modernas de la Universidad de A&M, se puso en marcha en 1995 en colaboración con el Centro para el estudio de las bibliotecas digitales (TAMU). En este trabajo colaboran el Centro de Estudios Cervantinos de Alcalá de Henares y el Centro para el Estudio de las bibliotecas Digitales del programa de Ingeniería de Texas. Entre los objetivos del Proyecto Cervantes 2001 figura la publicación del "Anuario Bibliográfico Cervantino" y de la "Cervantes International Bibliografy Online" en Internet, así como las primeras biografías completas de estudios, ediciones y traducciones de la obra de Cervantes y las varias ediciones electrónicas de su obra completa con herramientas de búsqueda. Otro de los objetivos del Proyecto Cervantes 2001 es la creación de un archivo digital de imágenes fotográficas sobre la época y las obras de Cervantes que sirva para su uso en la enseñanza y la investigación. Para el profesor Urbina, uno de los diseñadores del proyecto, la única posibilidad de encontrar alguna de las primeras ediciones del Quijote que no se conozca todavía, en la actualidad están localizadas veinte, estará en alguna biblioteca de las haciendas iberoamericanas, ya que en los primeros años de su publicación, fueron llevados a América muchos ejemplares de la obra de Cervantes.
Escrito por Ana Isabel Jiménez
Camila
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