lunes, 20 de octubre de 2008

La alfabetización es el mejor remedio II Parte

H de higiene, O de osteoporosis y S de sida



Buena idea, buen impacto social, pocos gastos, grandes beneficios: esta es la ecuación que resume el éxito del programa “Alfabetizando com Saúde”, que obtuvo este año el Premio UNESCO de Alfabetización de la Asociación Internacional de Lectura. El deseo de los que lo idearon es que no dure mucho tiempo.

El proyecto “Alfabetizando con salud”, iniciado en 2002 por la Prefectura Municipal de Curitiba, capital del estado de Paraná, al sur de Brasil, tiene como objetivo enseñar a leer y escribir a los adultos de los barrios desfavorecidos con un método que combina el abecedario y la salud: H de higiene, O de osteoporosis, S de sida, etc.

Esta lucha contra el analfabetismo de los adultos asociada al mejoramiento de su salud se lleva a cabo en colaboración con dos organismos municipales: las Secretarías de Educación y Salud. Sus expertos elaboraron cursos que se multicopian y entregan a los alumnos. También idearon un método de funcionamiento muy sencillo: los voluntarios se inscriben y cursan una formación de cuatro horas antes de que se les asigne uno de los centros de salud de la ciudad. Desde que se puso en marcha el programa han recibido formación 163 voluntarios.

Uno de ellos es Fernanda Portela, de 23 años, estudiante de ingeniería química y formadora desde hace algunos meses. “He descubierto que me gusta lo que hago”, dice, antes de entrar en el aula donde la esperan sus doce alumnos. “Es genial, me doy cuenta de que todos han hecho algún progreso.”

Una vez superada la etapa de búsqueda de voluntarios, los agentes de la comunidad deben movilizar a la población destinataria del programa: los analfabetos. Bernadete de Sá, de 63 años, que tiene cuatro hijos y cuatro nietos, frecuenta el centro de salud Alvorada, en el que hace poco aprendió a distinguir las letras.

Orgullosa de sus logros, nos cuenta que ahora puede leer los precios y el nombre de los productos en el mercado de su barrio, incluso consigue tomar el autobús sola, algo imposible hasta hace poco, ya que era incapaz de comprender las indicaciones del recorrido.

También ha aprendido a prestar atención a los síntomas de las enfermedades propias de su edad. “Además de aprender, podemos transmitir la información a los demás”, dice, definiéndose como una “mujer parlanchina”, a quien le gusta hablar con los vecinos y los amigos, y compartir con ellos todo lo que aprende en clase


Lectura y lucidez



El número de alumnos por aula varía y la duración del aprendizaje depende de la capacidad de asimilación de cada uno. Cada año se acoge un promedio de 400 personas en una treintena de centros de salud de la ciudad. Siguiendo este método se ha alfabetizado en seis años a más de 2.000 personas de 48 a 80 años de edad. La información referente a la salud atañe principalmente a las enfermedades crónicas o graves más frecuentes en esta etapa de la vida. Este año, en Curitiba trabajan 48 voluntarios en 31 centros de salud y acuden a los cursos 338 personas.

La coordinadora del proyecto, Marisa Giacomini, declara con entusiasmo: “Hemos logrado sacar a un gran número de personas de la oscuridad del analfabetismo.” De hecho, alfabetizarse no significa solamente aprender a leer y a escribir, sino también afrontar la vida con más lucidez. Por este motivo a muchas personas les interesa esta formación, para adquirir un poco más de autonomía: tomar un bus, escribir a un pariente que vive lejos leer el prospecto de un medicamento, o simplemente leer la Biblia.

El programa se adapta a las necesidades de los adultos. Los voluntarios trabajan a partir de las experiencias y conocimientos prácticos de los alumnos, teniendo en cuenta su situación social y visión del mundo.

Un comité de expertos se encarga de supervisar las actividades y visita cada mes todos los centros de salud. Entre los mayores logros de este programa cabe mencionar la mejora de la calidad de vida de los alumnos y sus familias, la prevención de enfermedades, el aumento de la autoestima y la consolidación de la identidad individual, sobre todo cuando el alumno consigue escribir su nombre por primera vez.


El proyecto emigra a África



En 2006, este mismo proyecto se implantó en Cabo Delgado (Mozambique). Se invitó a algunos expertos brasileños a impartir dos cursos (uno para profesores y otro para los alumnos), con contenidos relativos a la salud basados en datos epidemiológicos locales.

En 2007, gracias a esta cooperación, recibieron formación 30 educadores y 1.200 alfabetizadores. El programa “Alfabetizando com Sáude” se ha aplicado en cuatro distritos de Cabo Delgado.

El actual subprefecto de Curitiba, Luciano Ducci, dirigía la Secretaría de Salud en el momento de la creación de este programa. En su opinión, la particularidad del proyecto consiste en procurar grandes beneficios con gastos mínimos. “El deseo de los que idearon este programa es que dure tan sólo el tiempo necesario para erradicar el analfabetismo”, afirma. Y cree que no será necesario prolongarlo mucho tiempo.


Liliana Negrello, periodista brasileña


Información de Unesco 2008
Imagenes de:
© UNESCO/Orlando Azevedo
Para ser alumno o maestro la edad no cuenta.
Imágenes de:
Foto 2 :© UNESCO/Orlando Azevedo
La autoestima crece cuando uno sabe escribir su nombre.
Foto 3: © UNESCO/Orlando Azevedo
En seis años, unos 2.000 adultos han aprendido a leer y escribir gracias al programa “Alfabetizando com Saúde”.

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