miércoles, 22 de octubre de 2008

La alfabetización es el mejor remedio IV Parte

Descifrar el mundo



El Premio de Alfabetización Rey Sejong de la UNESCO recompensa este año a una ONG zambiana, el People’s Action Forum, cuyo programa Reflect y VIH/SIDA fortalece la capacidad de las comunidades de combatir esta pandemia. Su secreto: una estrategia innovadora basada en las lenguas vernáculas y las actividades culturales.


Una reunión social bajo el “árbol de las palabras” es una imagen típicamente africana que sería erróneo considerar como arcaica. Lejos de haber caído en desuso, esta costumbre está resultando eficaz para mejorar la vida de las comunidades rurales en tres de las nueve provincias de Zambia, gracias al trabajo del People’s Action Forum (PAF), una ONG especializada en la alfabetización no formal de adultos. Sin desanimarse por la falta de infraestructuras, los lugareños se reúnen a la sombra de los árboles, con pizarras improvisadas, para instruirse y discutir sobre temas vitales, entre ellos la prevención del VIH y del SIDA.

Desde hace ocho años, el PAF preconiza una alfabetización que enseñe no sólo a leer las palabras, sino también a descifrar el mundo, e incita a la comunidad en su conjunto, y en particular a mujeres y niños, a tomar conciencia de que el desarrollo es una tarea que les incumbe directamente, una responsabildad que deben asumir.

Para lograr ese objetivo, el PAF aplica el método REFLECT, que se basa en el diálogo y la acción, la sensibilización, la cooperación y el fomento de la autonomía. Los estudiantes adultos evalúan los obstáculos que se oponen al desarrollo y, juntos, buscan los medios de superarlos. Este enfoque no sólo confirma el viejo proverbio africano de que “dos cabezas piensan más que una”, sino que recurre también a prácticas tradicionales africanas. REFLECT se lleva a cabo en “corrillos” de estudiantes y se basa en el principio de que nadie integra el proceso de aprendizaje con las manos vacías. Los instructores son miembros de la comunidad que han recibido una formación previa.

“Es uno de los métodos participativos de educación de adultos más eficaces”, explica Jennifer Chiwela, enérgica directora ejecutiva del PAF. Antes de crear esta ONG, Chiwela pasó más de 20 años en la administración pública y concluyó su carrera en 2003 como presidenta de la Comisión del Servicio Docente de Zambia.


El teatro, un aliado inesperado



Desde sus comienzos, el PAF decidió prestar especial atención al problema crucial del VIH y del SIDA, el mayor obstáculo para el progreso de las comunidades. “Nuestros programas están destinados a las comunidades rurales, donde el VIH hace estragos. Durante las operaciones de orientación y detección de la enfermedad, comprobamos que el principal problema era la falta de instrucción. Había que comenzar por alfabetizar”, explica Chiwela. “Frente al VIH y al SIDA, la educación no formal tiene la ventaja de insuflar en los individuos mayor confianza en sí mismos.”

A fin de sensibilizar a la población sobre los peligros del VIH, el PAF, en cooperación con otras organizaciones, proporciona formación de base a los futuros instructores comunitarios. También enseña técnicas teatrales a miembros de “clubes anti-sida”, que luego crean sus propios espectáculos. El teatro favorece la participación de la comunidad, en particular de los jóvenes, en la difusión del mensaje. Las representaciones brindan la ocasión de orientar, detectar la enfermedad y difundir información.

“Hemos logrado así romper el silencio en torno a la sexualidad y al VIH/SIDA, superar prejuicios e incitar a las comunidades a buscar sus propias soluciones a los numerosos problemas relacionados con esta pandemia”, se congratula Chiwela. “Cuando aprenden a leer y escribir, los lugareños comprenden mejor la naturaleza de esta enfermedad y la información comienza a circular.”

Andrew Mulenga, The Post (Lusaka, Zambia) y Cathy Nolan (El Correo de la UNESCO)

Información de UNESCO 2008


Imágenes de: © UNESCO/People's Action Forum
El método REFLECT se aplica en grupos que forman círculos.
Imágenes de:
Foto 2: © UNESCO/People's Action Forum
La educación hace que las personas tengan mayor confianza en sí mismas.

martes, 21 de octubre de 2008

La alfabetización es el mejor remedio III Parte

Esperanza para una tierra olvidada



La organización no gubernamental Operation Upgrade (Sudáfrica) ha sido galardonada con uno de los Premios UNESCO-Confucio de Alfabetización por su programa “Kwanibela”. Sus métodos innovadores han obtenido excelentes resultados en materia de alfabetización y de promoción de la autonomía de las mujeres que viven en las zonas rurales.


Para Jabu Sithole, el simple hecho de ir a la clínica constituía una experiencia traumática. Esta madre de cinco niños que habla con una voz muy dulce no sabía ni leer ni escribir y ello repercutía en la salud de sus hijos.

“Tengo cinco hijos. Cada uno tiene una tarjeta de la clínica a su nombre. Pero cuando uno de ellos enfermaba, no sabía qué tarjeta tenía que coger. Llevaba al niño a la clínica con las cinco tarjetas y, una vez en la recepción, me veía obligada a pedir que me buscaran la buena. Las enfermeras se burlaban de mí. No me decidía a llevar a los niños a la clínica ya que me sentía humillada y avergonzada”.

Al cabo de tan sólo tres meses de asistir al curso de alfabetización su vida empezó a cambiar: Jabu ya era capaz de reconocer el nombre de cada uno de sus niños. No sólo aprendió a leer y a escribir, sino también a organizar su vida en Kwanibela.

Kwanibela es una zona árida en la región de Kwazulu-Natal, en Sudáfrica. La ciudad más próxima, Hluhluwe, se encuentra a cincuenta kilómetros.

A lo largo de los últimos ocho años ha llovido muy poco. A la escasez de agua, se suma la falta de electricidad y de líneas telefónicas. El maíz constituye un producto de lujo y sólo el 26% de la población sabe leer y escribir. No es de extrañar que algunos llamen a Kwanibela “tierra olvidada de Dios”.

Una parte de la población, por lo general hombres, abandona su familia para marcharse a las grandes ciudades con la esperanza de encontrar trabajo. El resto intenta ganarse la vida a duras penas en las tierras tribales donde habitan unas 26.000 personas.


La lectura alimenta



No obstante, desde hace cuatro años, se ha encendido una luz de esperanza. Jabu participa, como muchos otros, en el programa de alfabetización para los adultos de Kwanibela, dirigido por la organización no gubernamental Operation Upgrade.

El programa se inició en 2004, pero la ONG Operation Upgrade trabaja en el ámbito de la alfabetización de adultos desde 1966. Su nuevo proyecto, que ha tenido un impacto considerable en la vida de los habitantes de Kwanibela, consiste en enseñarles la lengua materna, inglés y nociones de cálculo mediante métodos interactivos. También imparte cursos temáticos, por ejemplo sobre el VIH y el SIDA.

“Los cursos de alfabetización deben adaptarse al contexto social. Por ello, mientras que el inglés es una opción para los alumnos, el VIH y el SIDA y la seguridad alimentaria se incluyen en casi todos los cursos. Es imposible seguir los cursos de alfabetización si uno no es capaz de alimentar a sus hijos”, manifiesta Pat Dean, que dirige tanto la ONG Operation Upgrade como el programa Kwanibela. Este enfoque ha dado como resultado la creación de 28 cursos, impartidos por 18 formadores, de los que se benefician 400 alumnos adultos.

Uno de los mayores éxitos de este proyecto ha sido la creación, por parte de los propios alumnos, de cultivos en invernadero con métodos hidropónicos. Todos los alumnos de los 28 grupos poseen un invernadero que les proporciona una seguridad alimentaria y, al mismo tiempo, una fuente de ingresos. Este método ha tenido tal éxito que uno de los grupos se ha convertido en proveedor de espinacas de una importante cadena de supermercados sudafricana.


El SIDA es una amenaza - seamos una amenaza para el SIDA



No obstante, según Itumeleng Petersen, coordinadora de la formación, hay que superar aún muchos obstáculos: “Me apena ver a todos esos hombres que vuelven a la aldea después de haber trabajado en grandes ciudades como Johannesburgo o Durban. Muchos son seropositivos y algunos tienen cuatro o cinco esposas: todas están contagiadas. Gracias a nuestro trabajo de información, las mujeres aprenden a protegerse y a tratarse cuando están infectadas.”

“La información sobre el VIH y el SIDA constituye una parte esencial de nuestro proyecto. Nuestros formadores reciben una formación específica en este ámbito e integran las informaciones sobre la enfermedad en sus cursos de alfabetización”, añade Petersen.

El programa Kwanibela también ha abordado de frente otro problema crucial: el agua. Se ha proporcionado “hipos” a algunos de los alumnos, un dispositivo con ruedas que facilita el transporte de agua, y otros se han beneficiado de la instalación de un sistema de recogida de agua de lluvia en su domicilio.

Los alumnos se han implicado a tal punto en este programa que muchos recorren hasta veinte kilómetros a pie para asistir a los cursos. Pero es evidente que sus esfuerzos se ven recompensados con creces. “Cuando logran descifrar una o dos frases, sus ojos empiezan a brillar. Es como si hubieran descubierto un tesoro”, explica Itumeleng Petersen.

El formador Nomonde Dijo añade: “Aunque no son capaces de leer la inscripción Operation Upgrade de nuestro vehículo, cuando llegamos a la aldea, saben quiénes somos y su acogida es tan cálida que resulta reconfortante”.

Corrinne Louw, periodista sudafricana del Kwana Newspaper, periódico comunitario con sede en Durban


Información de UNESCO
Imágenes de: © UNESCO/Operation Upgrade
Los cursos de alfabetización tienen que adaptarse al contexto social.
Imágenes de:
Foto 2: © UNESCO/Operation Upgrade
Los “alumnos” del proyecto Kwanibela han creado cultivos hidropónicos que les procuran seguridad alimentaria e ingresos.
Foto 3: © UNESCO/Operation Upgrade
La información sobre el VIH y el SIDA es un componente esencial del proyecto Kwanibela.

lunes, 20 de octubre de 2008

La alfabetización es el mejor remedio II Parte

H de higiene, O de osteoporosis y S de sida



Buena idea, buen impacto social, pocos gastos, grandes beneficios: esta es la ecuación que resume el éxito del programa “Alfabetizando com Saúde”, que obtuvo este año el Premio UNESCO de Alfabetización de la Asociación Internacional de Lectura. El deseo de los que lo idearon es que no dure mucho tiempo.

El proyecto “Alfabetizando con salud”, iniciado en 2002 por la Prefectura Municipal de Curitiba, capital del estado de Paraná, al sur de Brasil, tiene como objetivo enseñar a leer y escribir a los adultos de los barrios desfavorecidos con un método que combina el abecedario y la salud: H de higiene, O de osteoporosis, S de sida, etc.

Esta lucha contra el analfabetismo de los adultos asociada al mejoramiento de su salud se lleva a cabo en colaboración con dos organismos municipales: las Secretarías de Educación y Salud. Sus expertos elaboraron cursos que se multicopian y entregan a los alumnos. También idearon un método de funcionamiento muy sencillo: los voluntarios se inscriben y cursan una formación de cuatro horas antes de que se les asigne uno de los centros de salud de la ciudad. Desde que se puso en marcha el programa han recibido formación 163 voluntarios.

Uno de ellos es Fernanda Portela, de 23 años, estudiante de ingeniería química y formadora desde hace algunos meses. “He descubierto que me gusta lo que hago”, dice, antes de entrar en el aula donde la esperan sus doce alumnos. “Es genial, me doy cuenta de que todos han hecho algún progreso.”

Una vez superada la etapa de búsqueda de voluntarios, los agentes de la comunidad deben movilizar a la población destinataria del programa: los analfabetos. Bernadete de Sá, de 63 años, que tiene cuatro hijos y cuatro nietos, frecuenta el centro de salud Alvorada, en el que hace poco aprendió a distinguir las letras.

Orgullosa de sus logros, nos cuenta que ahora puede leer los precios y el nombre de los productos en el mercado de su barrio, incluso consigue tomar el autobús sola, algo imposible hasta hace poco, ya que era incapaz de comprender las indicaciones del recorrido.

También ha aprendido a prestar atención a los síntomas de las enfermedades propias de su edad. “Además de aprender, podemos transmitir la información a los demás”, dice, definiéndose como una “mujer parlanchina”, a quien le gusta hablar con los vecinos y los amigos, y compartir con ellos todo lo que aprende en clase


Lectura y lucidez



El número de alumnos por aula varía y la duración del aprendizaje depende de la capacidad de asimilación de cada uno. Cada año se acoge un promedio de 400 personas en una treintena de centros de salud de la ciudad. Siguiendo este método se ha alfabetizado en seis años a más de 2.000 personas de 48 a 80 años de edad. La información referente a la salud atañe principalmente a las enfermedades crónicas o graves más frecuentes en esta etapa de la vida. Este año, en Curitiba trabajan 48 voluntarios en 31 centros de salud y acuden a los cursos 338 personas.

La coordinadora del proyecto, Marisa Giacomini, declara con entusiasmo: “Hemos logrado sacar a un gran número de personas de la oscuridad del analfabetismo.” De hecho, alfabetizarse no significa solamente aprender a leer y a escribir, sino también afrontar la vida con más lucidez. Por este motivo a muchas personas les interesa esta formación, para adquirir un poco más de autonomía: tomar un bus, escribir a un pariente que vive lejos leer el prospecto de un medicamento, o simplemente leer la Biblia.

El programa se adapta a las necesidades de los adultos. Los voluntarios trabajan a partir de las experiencias y conocimientos prácticos de los alumnos, teniendo en cuenta su situación social y visión del mundo.

Un comité de expertos se encarga de supervisar las actividades y visita cada mes todos los centros de salud. Entre los mayores logros de este programa cabe mencionar la mejora de la calidad de vida de los alumnos y sus familias, la prevención de enfermedades, el aumento de la autoestima y la consolidación de la identidad individual, sobre todo cuando el alumno consigue escribir su nombre por primera vez.


El proyecto emigra a África



En 2006, este mismo proyecto se implantó en Cabo Delgado (Mozambique). Se invitó a algunos expertos brasileños a impartir dos cursos (uno para profesores y otro para los alumnos), con contenidos relativos a la salud basados en datos epidemiológicos locales.

En 2007, gracias a esta cooperación, recibieron formación 30 educadores y 1.200 alfabetizadores. El programa “Alfabetizando com Sáude” se ha aplicado en cuatro distritos de Cabo Delgado.

El actual subprefecto de Curitiba, Luciano Ducci, dirigía la Secretaría de Salud en el momento de la creación de este programa. En su opinión, la particularidad del proyecto consiste en procurar grandes beneficios con gastos mínimos. “El deseo de los que idearon este programa es que dure tan sólo el tiempo necesario para erradicar el analfabetismo”, afirma. Y cree que no será necesario prolongarlo mucho tiempo.


Liliana Negrello, periodista brasileña


Información de Unesco 2008
Imagenes de:
© UNESCO/Orlando Azevedo
Para ser alumno o maestro la edad no cuenta.
Imágenes de:
Foto 2 :© UNESCO/Orlando Azevedo
La autoestima crece cuando uno sabe escribir su nombre.
Foto 3: © UNESCO/Orlando Azevedo
En seis años, unos 2.000 adultos han aprendido a leer y escribir gracias al programa “Alfabetizando com Saúde”.

domingo, 19 de octubre de 2008

La alfabetización es el mejor remedio I Parte

La alfabetización es el mejor remedio I Parte



Haber recibido enseñanza primaria multiplica por cinco las posibilidades de estar informado sobre el VIH y el SIDA. El paludismo, que cada año se cobra la vida de un millón de personas, hace estragos sobre todo entre la población analfabeta. Alfabetización y buena salud son, pues, indisociables. Este es el tema del Día Internacional de la Alfabetización (8 de septiembre) y de los Premios de Alfabetización de la UNESCO 2008, a los que dedicamos el tema de este mes, que se abre con un editorial de Henning Mankell, destacado escritor sueco comprometido con la lucha contra el VIH y el SIDA

El abecedario : el único libro que importa



Henning Mankell, conocido mundialmente como autor de novelas policíacas, que le han valido el Gran Premio de Literatura Policíaca de la Academia de Suecia (1991) y el Premio Pepe Carvalho de novela negra (Barcelona, 2007), se dedica también a una actividad menos mediática: la promoción de la salud y la educación en África.

Este novelista y dramaturgo sueco de 60 años vive entre Europa y África y dirige el “Teatro Avenida”, en Maputo (Mozambique). Publicó en 2004 (Random House UK Ltd) un libro titulado “I Die but the memory lives on” (“Muero, pero el recuerdo sigue vivo”) y ha destinado los derechos de autor de esa obra a la lucha contra el VIH y SIDA.

Henning Mankell ha accedido amablemente a escribir el editorial de este número y confiar sus preocupaciones fundamentales a los lectores de “El Correo de la UNESCO”.

La pobreza constituye el principal reto que el mundo enfrenta en la actualidad. No conozco ningún gran problema que no tenga relación con la pobreza y con el abismo cada vez mayor que existe entre los que lo tienen todo y los que se ven obligados a escarbar en los vertederos del planeta para tener con qué alimentarse.

Lo mismo ocurre con el SIDA. Y si bien la pobreza no es un virus activo, sus consecuencias se encuentran íntimamente ligadas al SIDA y a las condiciones de vida cada vez más arduas que impone en los países más pobres del mundo.

Lo peor es que la pobreza y los problemas que conlleva distan mucho de ser inevitables. Ayer mismo habríamos podido prevenirlos, eliminarlos, si hubiéramos tenido la voluntad suficiente. Poseemos los recursos y los medios para lograrlo. No obstante, continuamos viviendo en la era de los problemas inútiles.


Ahora, hablemos del analfabetismo. Es una vergüenza para el mundo entero que en el año 2008 aún no hayamos erradicado el analfabetismo. Millones de niños van a crecer sin saber leer ni escribir. Al negarles el acceso a estos instrumentos básicos, les negamos también la posibilidad de defenderse contra las amenazas del SIDA. ¿Cómo podemos pretender que un joven incapaz de leer las informaciones escritas, incapaz de comprender ciertos conocimientos vitales, se proteja del peligro de ser infectado? Por supuesto que existe la comunicación entre las personas, por supuesto que existe la radio. Las compañías de teatro recorren los países informando a la población. No obstante, eso no cambia el hecho de que en el mundo en el que vivimos hay que saber leer para estar informado.

Es de capital importancia tomar conciencia de la relación que existe entre educación y SIDA: garantizar el derecho de todos los niños a aprender a leer y a escribir es uno de los instrumentos más eficaces para controlar la proliferación del SIDA en el futuro.




Como escritor, pienso que existe un solo libro simbólico realmente esencial: el abecedario. Poco importa que esté impreso en papel o que se lea en una pantalla.

Evidentemente, la lucha contra la pobreza debe librarse en diferentes frentes al mismo tiempo. Pero, puesto que hay que escoger las prioridades, estoy convencido de que enseñar a la gente a leer y a escribir tiene una importancia decisiva.

Pobreza –SIDA- analfabetismo. Todos estos males están interconectados. Ayer mismo, hubiéramos podido al menos eliminar uno de ellos: el analfabetismo.

No lo hemos hecho.

Hagámoslo hoy.

Henning Mankell



Información de UNESCO 2008
Imagenes de © Lina Ikse Bergman
Henning Mankell.
Imagenes de © UNESCO/Patrick Lagès
“La fuerza de la juventud” de Ik-Jong Kang (obra donada a la UNESCO por la República de Corea).

viernes, 3 de octubre de 2008

IMPRESIONISMO CLAUDE MONET (1840-1926) Breve Historia del Arte


C. Monet, Paseo con sombrilla o la señora Monet con su hijo, 1875, óleo sobre lienzo




C. Monet, La Grenouillère, 1869, óleo sobre lienzo




C. Monet, Nenúfares, 1916-1923.



MONET
El padre del Impresionismo:


Siempre se ha considerado a Monet como el máximo representante del Impresionismo. Indudablemente, Monet es un impresionista puro, él nunca abandonó sus planteamientos. A lo largo de su dilatada carrera, llegó a ejecutar cerca de tres mil cuadros. Su máxima preocupación es plamar la vibración cromático-lumínica en sus lienzos. En sus temas la luz engendra el color y la forma. Su retina capta hábilmente el reflejo de la luz en cualquier lugar: en una superficie acuática, en un suelo nevado o en la portada de una catedral. Sus temas preferidos son las marinas, escenas fluviales y paisajes. En su infatigable investigación de la incidencia de la luz, observa que ésta varía con el paso del tiempo, y así se producen múltiples efectos que intenta rescatar con su ágil y rápida pincelada.
Nunca derivó hacia otras corrientes artísticas, sino que se mantuvo fiel al Impresionismo hasta su muerte. Destacan otros casos como el de Cézanne, que hace del Impresionismo, un personalísimo estilo que camina por cauces diferentes. Otros pintores impresionistas pero de personalidad distinta a la de Monet son Degas y Renoir, no por ello menos importantes.

Monet fue un gran amante de la cultura y arte japonés. De ahí, que se construyera un jardín a la oriental, con un puente y con nenúfares. Este fue un buen lugar para refugiarse en sus últimos años. En este tiempo, un Monet casi ciego se deja "iluminar" por una luz limpia incidiendo en el agua de su estanque y en todo lo que le rodea. Ello le lleva a crear pinturas restallantes de vida, verdaderas "sinfonías cromáticas".


Información de: http://www.spanisharts.com/history/del_impres_s.XX/impresionismo/impresionismo_monet.html
Imágenes de: http://www.spanisharts.com/history/del_impres_s.XX/impresionismo/impresionismo_monet.html


El 14 de noviembre de 1840 nace en París Oscar Claude Monet, concretamente en la Rue Laffitte.

Es ésta una época particularmente importante para el futuro de la pintura francesa, ya que en un periodo de tres años ven la luz los siete artistas más significativos en la configuración del grupo impresionista: al nacimiento de Monet se suman los de Cézanne y Sisley, en 1839, y los de Berthe Morisot, Guillaumin, Renoir y Bazille, en 1841.
En 1845 la familia de Monet se instalaría en El Havre, donde el padre del artista se asocia comercialmente con Jacques Lecadre, esposo de su hermanastra Jeanne-Marie Lecadre. Esta mujer, sin hijos, jugará un importante papel en los comienzos de la carrera de Monet, al perder el pintor prematuramente a su padre. Gracias a este cambio de residencia, que se produjo cuando Claude contaba solamente cinco años, el mar será el escenario de su infancia, más vagabunda que estudiosa. La aversión del joven Monet por la escuela y su gusto por vagar contemplando la naturaleza respondían a una imperiosa necesidad de libertad, necesidad que concuerda perfectamente con lo que será su vida en el futuro. No puede afirmarse lo mismo, sin embargo, sobre la manera en que comienza a dar forma a su vocación artística, cultivando la caricatura. En 1855, a los quince años, Monet goza ya de cierta reputación como caricaturista en El Havre.
La fusión de esta temprana vocación artística con el gusto por la libertad y la naturaleza tienen mucho que ver con Eugène Boudin, aunque Monet en principio se mostrara contrario al estilo de las marinas que éste popularizaba. Conoce personalmente a dicho pintor en 1858, época en que Boudin es todavía un artista poco conocido, pero lo suficientemente válido para iniciar a Monet en la pintura y a trabajar el paisaje al aire libre. El propio Monet reconocería más adelante la importancia de las enseñanzas de Boudin como catalizador de su dedicación a la pintura.
Pero junto a la alegría del descubrimiento de su vocación, una tragedia llama a su puerta: en 1857, con diecisiete años, ve morir a su madre. Un año después, en 1858, participará por primera vez en la Exposition Municipale du Havre, celebrada ente los meses de agosto y octubre, con el cuadro titulado Vue prise à Rouelles, fechado en ese mismo año.


París y Argelia: pintura y guerra.

Ya en el filo de la década de los 60 los consejos de Boudin suscitarían en Monet la curiosidad por conocer el ambiente artístico de París, solicitando para ello una beca de estudios al Consejo Municipal de El Havre, beca que finalmente le será denegada. No obstante, con el apoyo de su padre y de su tía Jeanne-Marie Lecadre, que le recomienda al pintor Armand Gautier, viaja a París en la primavera de 1859. Una vez en París, Monet acude a una academia libre, la Académie Suisse, donde dispone de modelos para ejercitarse en el dibujo de figuras. Allí se une a un pequeño grupo de jóvenes pintores, entre los que probablemente se encuentra Pissarro.
A los dos años de su llegada a París, su familia renuncia a pagarle su reemplazo en el servicio militar, viéndose así interrumpido su aprendizaje artístico al partir hacia Argelia en la primavera de 1861. Pero quizá por la diferencia de clima, en 1862 cae enfermo y es repatriado hacia Francia para una convalecencia de seis meses, asumiendo su tía los gastos de su reemplazo en la milicia durante los cinco años que aún le restan por cumplir.
Así, liberado de sus obligaciones militares, en el otoño de 1862 regresa a El Havre prosiguiendo su actividad de pintor con nuevo ardor, a menudo en compañía de Boudin. Es entonces cuando fortuitamente conoce a Jongkind, cuya influencia, junto a la de Boudin, le reafirma en su desconfianza hacia la enseñanza oficial y sus partidarios. A partir de este momento Monet considerará a Jongkind como su verdadero maestro y feliz responsable de la educación de su percepción visual.


El vuelo de un impresionista

Hacia 1862 prende de nuevo en Monet el deseo de ir a París, pero su familia, exigiéndole que se someta a una disciplina, decide confiarle a su primo político, el pintor Toulmouche, para que éste, a su vez, le recomiende el taller que juzgue más oportuno. Así, ingresa en el estudio Gleyre, donde conocerá a Bazille, Renoir y Sisley. Monet frecuentaría este estudio hasta el invierno de 1863-64.
Durante los meses de mayo y junio de 1863 Monet viaja con Bazille a Chailly-en-Bière para pintar del natural. Entusiasmado por el lugar, Monet regresará en otras ocasiones a este pequeño pueblo cercano al bosque de Fontainebleau, en las proximidades de Barbizon.
De nuevo acompañado por Bazille y durante los meses de mayo y junio, pero esta vez de 1864, nuestro artista viaja a Honfleur. Los dos artistas se encuentran en la célebre Ferme Saint-Siméon, punto de cita para los pintores de marinas que en la costa normanda desempeñaba un papel similar al de Barbizon en el bosque de Fontainebleau. Allí Monet prolongará su estancia hasta final de año, acompañado ahora por Boudin y Jongkind.
La relación de Monet con su familia se había deteriorado por lo que el joven pintor no puede contar más que con el apoyo de Bazille, quien al comenzar el año 1865 le acoge en su estudio parisino de la rue de Furstemberg. Juntos de nuevo en París, Bazille y Monet se preparan para participar por primera vez en el Salón de este año. El jurado admite las dos marinas presentadas por Monet, El cabo de La Hève con marea baja y La desembocadura del Sena en Honfleur, realizadas en el verano de 1864. En el curso de ese invierno del 65 regresa a Honfleur y, en los alrededores de la Ferme Saint-Siméon, pinta diversos paisajes nevados.
El Salón de 1866 marca un hito importante en la carrera artística de Monet. Había decidido reemplazar su Desayuno por Camille o La dama del vestido verde, retrato para el que posa como modelo Camille Doncieux, mujer que poco después se convertiría en su esposa. Es en este Salón cuando esta obra es elogiada por los críticos, éxito que irá acompañado de cierta prosperidad económica que le permite instalarse durante la primavera en Sèvres, cerca de la estación de Ville-d'Avray.


Pero en 1867 decide volver a París, donde se instala en la casa de Bazille, en el número 20 de la rue Visconti. Poniendo sus esperanzas en el Salón de ese año, Monet presenta Mujeres en el jardín (arriba), pero tanto él como Manet resultan rechazados. Su mala situación económica se agrava cuando su familia se entera del embarazo de Camille Doncieux. Bazille trataría de ayudarle comprando por 2.500 francos Mujeres en el jardín. Sin embargo, y pese a su buena voluntad, sólo puede liquidarle esta suma mediante mensualidades de 50 francos. Ante esta situación, Monet opta por trasladarse a Sainte-Adresse, con su tía Jeanne-Marie Lecadre, separándose momentáneamente de Camille. El 8 de agosto de este mismo año, 1867, nace su primer hijo, Jean, ignorado por la familia del pintor.
Los últimos años de los 60 son un ir y venir de Monet a París y El Havre. Si a finales de 1967 había vuelto de Sainte-Adresse para establecerse en París con Renoir y Bazille, en mayo de 1868 le encontramos en Fécamp con Camille y su hijo Jean. Allí su situación familiar es muy difícil y tras un fallido intento de suicidio en el mes de junio, recibe ayuda económica de Gaudibert. En ese mismo verano Monet se traslada a El Havre, donde es condecorado con la medalla de plata de la Exposition Maritime Internationale du Havre.
De nuevo en 1869 Monet regresa a París, donde comparte el estudio de la rue Condamine con Bazille. Pero otra vez la fortuna no le sonríe y Monet no es admitido en el Salón de ese año. Así, luchando contra el desánimo y la penuria económica se instala en Baugibal con ayuda de Gaudibert, para viajar en octubre a Etretat y El Havre.


Monet en la década de los 70

La década de 1870 empieza para Monet con su enlace matrimonial con Camille el 26 de junio. Los esposos se trasladan a Normandía, a Trouville, donde son sorprendidos por la declaración de la guerra franco-prusiana. Pero Monet, de ideas republicanas, no desea luchar por su Imperio y viaja a Londres. Allí, y tras enterarse de la muerte de su tía y protectora Jeanne-Marie el 7 de julio, se encontrará con Pissarro, Sisley y Daubigny. Gracias a este último Monet entra en contacto con el marchante parisino Durand-Ruel. Así, a partir del mes de septiembre, una obra del artista figurará en la exposición organizada por dicho marchante en Londres.


Puente sobre el Sena, 1874

Tras la muerte de su padre, ocurrida el 17 de enero de 1871, Monet abandonaría Londres a finales de mayo camino de Holanda. Fascinado por sus paisajes se instala en Zaandam, ciudad próxima a Amsterdam, donde permanece hasta el mes de octubre ya que, una vez terminada la guerra, regresa a París. Su estancia parisina es tan breve que a mediados de noviembre lo encontramos de nuevo en Londres con su familia. Pero al finalizar el año, y gracias al interés de Manet, encuentra una casa en Argenteuil, donde se instala a orillas del Sena. Este cambio de residencia reviste un interés primordial, ya que con él se inaugura una nueva etapa en su obra.
En mayo de 1872 marcha a Rouen, donde vive su hermano Léon y participa en la XXIII Exposition Municipale des Beaux-Arts. Según parece, durante el verano visita nuevamente Holanda, pero a su regreso de este país, vuelve a Argenteuil.
1872 y 1873 son años de éxito para Monet, gracias a las compras de Durand-Ruel que aprovecha la reactivación de la economía al finalizar la guerra. Pero esta situación no se prolonga demasiado, y en 1874 el marchante atraviesa dificultades económicas, por lo que deja de comprar nuevas obras.
En medio de estas dificultades, Renoir, Sisley, Pissarro, Cézanne, Guillaumin, Degas y Berthe Morisot, partidarios desde hacía tiempo del proyecto de Monet acerca de una exposición privada, organizan la primera exposición de la Société Anonyme Cooperative d'Artistes Peintres, Sculpteurs et Graveurs, que se inaugura en París con anterioridad al Salón oficial, el 15 de abril de 1874, y en la que Monet no participa por preferir mantener su independencia. Dicha sociedad se disolvería en diciembre de ese mismo año, proponiendo Renoir sustituir la exposición de 1875 por una subasta. Así, el 24 de marzo de este año, Monet, Berthe Morisot, Renoir y Sisley exponen en total de setenta y cinco obras, de las que veinte pertenecen a Monet.
Los resultados no son buenos y la situación económica de Monet se agrava además por el delicado estado de salud de su esposa, por lo que se ve obligado a recurrir a sus amigos Manet y Zola, logrando liberarse de los embargos que le acechaban.
A pesar de los fracasos precedentes, durante los dos años siguientes, 1877 y 1878, el grupo impresionista realizará exposiciones conjuntas.
Estamos en 1878 y Monet se establece provisionalmente en París, donde el 17 de marzo de este año nace su segundo hijo, Michel, hecho que quebrantará definitivamente la salud de Camille.


Los días 5 y 6 de junio de 1878, a raíz de la quiebra del marchante Hoschedé, tiene lugar una segunda subasta de la colección de éste, que termina con la venta de los cuadros con precios extremadamente bajos. En ese mismo verano Monet deja París y se instala en Vétheuil, junto al Sena, pasando a ser su residencia principal durante los tres años siguientes. Monet y su familia ocupan una vivienda que comparten con Ernest y Alice Hoschedé, que habían viajado a Vétheuil acompañados de sus seis hijos.
La muerte de Camille el 5 de septiembre de 1879 deja a Monet desamparado y sin saber cómo organizar ahora su vida y la de sus hijos. Por otro lado, la amistad entre Monet y Ernest Hoschedé va debilitándose hasta el extremo que éste último regresa a París, dejando a su esposa Alice y a sus hijos con Monet en Vétheuil, en una situación algo embarazosa.


El regreso al Salón oficial en 1880 implica la no participación de Monet en la V Exposition des Artistes Indépendants, celebrada durante el mes de abril. Se confirma así la disolución del grupo impresionista, que ya había sido abandonado antes por Renoir, Sisley y Cézanne.
Tras la muerte de Camille, la situación familiar de Monet y los Hoschedé se había hecho cada vez más confusa. Ernest Hoschedé vivía la mayor parte del tiempo en París, mientras que Alice, cuya influencia sobre Monet se había acrecentado notoriamente, justificaba su permanencia allí por la necesidad de educar a los dos hijos de éste, Jean y Michel. Así, cuando Monet abandona Vétheuil en diciembre de 1881, Alice y los niños le siguen para instalarse con él en Poissy, donde elige una vivienda próxima al río, la villa Saint-Louis.
Sus relaciones con Durand-Ruel se intensifican de tal manera que en 1882 Monet emprende la decoración del gran salón de la vivienda del marchante, en la que trabajará hasta 1885. La estancia en Poissy concluye en abril de 1883, resultando lo verdaderamente importante sus escapadas normandas, a El Havre y a Etretat.


A la edad 42 años, Monet aspira a cierta estabilidad y siente la necesidad de encontrar un lugar adecuado para desarrollar su trabajo. La búsqueda de ese lugar anhelado le descubre Giverny. La mudanza, financiada por Durand-Ruel, se realiza en los últimos días del mes de abril de 1883, estableciéndose definitivamente con su compañera Alice Hoschedé y los hijos de ambos.
Aunque viaja a Bordighera en 1884, y a Etretat con Alice y los niños a finales de 1885 y sólo en febrero 1886, el artista siempre regresa a Giverny.
La figura de Alice va cobrando en su vida gran importancia, aunque 1886 es un año de crisis para la pareja, probablemente causada por Ernest Hoschedé. Sin embargo su carrera artística parece ir bastante bien. Este mismo año y el siguiente participa en la V y VI Exposition Internationale respectivamente. Tanto las ventas como las críticas comienzan a ser favorables.


Por estos años realiza breves viajes a Londres y entre los meses de enero y mayo de 1888 trabaja en Antibes y en Juan-les-Pins, residiendo en el Château de la Pinède, residencia para artistas que le había recomendado Maupassant, con quien se encontrará en Cannes.
Tras la exitosa exposición que realiza con Rodin en junio de 1889, el año siguiente, y después de lo numerosos viajes realizados durante la década anterior, Monet permanecerá todo este año en Giverny.
El 18 de marzo de 1891 muere Ernest Hoschedé. Así, en un breve periodo de tiempo, queda regularizada la situación de Monet y Alice Hoschedé, con quien se casaría un año después, el 16 de julio de 1892.
Los años siguientes serán un ir y venir a Giverny, viajando por Rouen -donde pintará su catedral-, Noruega, donde en 1895 visita a su hijastro Jacques Hoschedé, Pourville, Dieppe y Varengeville.
En 1897 su primogénito Jean contrae matrimonio con Blanche Hoschedé, hija de Alice, y el artista va espaciando sus viajes y permanece cada vez más tiempo en Giverny. Aunque a comienzo del siglo frecuenta en varias ocasiones Londres, estos viajes no distraen su atención hacia Giverny, cuyo jardín se ha convertido en un verdadero decorado vegetal y acuático.
Acompañado por su esposa, en octubre de 1904 abandona su jardín para viajar en automóvil a Madrid para una estancia de tres semanas y con el objetivo de contemplar la obra de Velázquez en el Museo del Prado. Pero las fuerzas empiezan a flaquear y, además de sobrevivir a sus primeros síntomas de una doble catarata en 1908, ha de hacerlo también a la muerte de contemporáneos, como Sisley o Cézanne y lo que es peor, a la de su esposa el 19 de mayo de 1911 y a la de su hijo mayor en febrero de 1914 tras una larga enfermedad.
En los últimos años de su vida el pintor, ahora acompañado de Blanche Hoschedé, continua pintando en su jardín, sobre todo inspirado en su estanque de ninfeas.
El 11 de noviembre de 1918 el pintor anuncia a Clemenceau, presidente del Gobierno, su deseo de ofrecer al Estado dos grandes paneles decorativos, promesa que se verá cumplida definitivamente el 12 de abril de 1922.
Aunque en enero de 1923 se somete a una operación en el ojo derecho, su vista queda nublada y se dedica a retocar muchos de sus lienzos en un aislamiento casi total. Cuando su vista empieza a mejorar, un examen médico le revela en 1926 la existencia de un tumor pulmonar.
El 5 de diciembre de 1926 su vida se extingue en Giverny, a la edad de 86 años. Tres días después se celebran las exequias con una sencilla ceremonia civil, como había sido su deseo, en presencia de Clemenceau, Vouillard y Roussel, junto a otros artistas, periodistas y los habitantes del pueblo de Giverny


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