jueves, 30 de abril de 2009

NO ME OLVIDE DEL DIA 23 DE ABRIL

SOY UNA RESPETUOSA Y GRAN LUCHADORA DEL DERECHO DEL AUTOR Y ADMIRADORA DE LOS LIBROS.
PORQUE DIGO TODO ESTO?...PORQUE HOY EN DIA YA NO EXISTE EL RESPETO DEL DERECHO DEL AUTOR, CUALQUIERA TOMA UN POEMA, UNA IMAGEN, ETC...DE UN AUTOR SIN RESPETAR A VECES SU NOMBRE Y SU OBRA.
Y LO VEO DIA A DIA, QUE HAY TANTOS USUARIOS QUE ESCRIBEN MARAVILLOSOS, QUE NO SON FAMOSOS, PERO QUE VIENE CUALQUIERA EN LA NET, TOMA LO QUE ESTA ESCRITO Y NO RESPETA EL NOMBRE DEL AUTOR.

CREO QUE DEBERIAMOS LUCHAR MAS POR EL DERECHO DE AUTOR...Y RESPETAR
QUE SI OCUPAMOS ALGO QUE NOS LLAMA LA ATENCION Y NOS GUSTA...COLOQUEMOS EL AUTOR Y DE DONDE SE SACO LA INFORMACION.

NO LO DIGO POR LOS QUE ESTAN AQUI...YA QUE TODOS ESCRIBEN Y ESCRIBEN MUY BELLO.
LO DIGO POR LOS QUE NO ESTAN AQUI...QUE DEBERIAMOS RECORDARLES FRECUENTEMENTE QUE EL RESPETO ES LO QUE MAS VALE Y DIGNIFICA.

NO ME OLVIDEL DEL DIA 23 DE ABRIL...

SOLO ME DI TIEMPO PARA DARLE IMPORTANCIA AL RESPETO


Verena


Día mundial del libro y del derecho de autor - 23 de abril

Con la celebración de este día en el mundo entero, la UNESCO pretende fomentar la lectura, la industria editorial y la protección de la propiedad intelectual por medio del derecho de autor.


El 23 de abril de 1616 fallecían Cervantes, Shakespeare y el Inca Garcilaso de la Vega. También en un 23 de abril nacieron – o murieron – otros escritores eminentes como Maurice Druon, K. Laxness, Vladimir Nabokov, Josep Pla o Manuel Mejía Vallejo. Por este motivo, esta fecha tan simbólica para la literatura universal fue la escogida por la Conferencia General de la UNESCO para rendir un homenaje mundial al libro y sus autores, y alentar a todos, en particular a los más jóvenes, a descubrir el placer de la lectura y respetar la irreemplazable contribución de los creadores al progreso social y cultural. La idea de esta celebración partió de Cataluña (España), donde este día es tradicional regalar una rosa al comprador de un libro.

El éxito de esta iniciativa depende fundamentalmente del apoyo que reciba de los medios interesados (autores, editores, libreros, educadores y bibliotecarios, entidades públicas y privadas, organizaciones no gubernamentales y medios de comunicación), movilizados en cada país por conducto de las Comisiones Nacionales para la UNESCO, las asociaciones, los centros y clubes UNESCO, las redes de escuelas y bibliotecas asociadas y cuantos se sientan motivados para participar en esta fiesta mundial.

Imagen e Información de: http://portal.unesco.org/

El Yangtsé o un viaje a través del tiempo

En las orillas del Yangtsé, el río más largo de Asia que extiende sus aguas a lo largo de unos 6.000 km a través de China, yaks y yurtas coexisten con automóviles y edificios. “Río nutricio” de 600 millones de chinos es, en forma incontestable, fuente de desarrollo. Pero, para poder aprovecharlo, es preciso disponer de los medios necesarios.


© Geoffroy y Loïc de la Tullaye
El Yangtsé, en las cercanías de la ciudad de Yushu.

Los autores del filme documental “Yangtsé. Una aventura de los hermanos La Tullaye”, Loic y Geoffroy, eligieron el Yangtsé para demostrar hasta qué punto el acceso al agua desempeña un papel determinante en la vida humana. Contestan aquí a las preguntas de Katerina Markelova del Correo de la UNESCO.

¿Por qué han elegido el tema del desarrollo en la película “Expedición Yangtsé”?

Geoffroy: Viajar a lo largo del Yangtsé, es viajar a través del tiempo. En las altas mesetas tibetanas existe aúngente que camina tres horas diarias para llegar al agua. Nos hallamos en la edad de piedra. Si descendemos un poco la corriente entramos en la época industrial, con grandes ciudades que empiezan a dominar el agua. En la desembocadura del mismo río, en Shanghai, el agua corriente es permanente. Estamos en plena modernidad.

En nuestro documental quisimos mostrar el vínculo existente entre acceso al agua y nivel de desarrollo. Rápidamente, China nos pareció el sitio ideal por su extraordinaria diversidad de maneras de “vivir el agua”.

Loic: Gracias a esta expedición pudimos redescubrir nuestro pasado. Para nosotros, era importante revivir la evolución que conocieronlos países occidentales y que hoy en día nos permite beber agua del grifo.

El objetivo del viaje fue también poner en imágenes las relaciones entre el hombre y el agua. En Occidente otorgamos escasa importancia a este recurso vital. Disponemos de él a voluntad, a tal punto que sale agua caliente del grifo. Peor aún, utilizamos agua potable en los aseos. Para la mayoría de la gente del planeta esto es incomprensible. En China, por ejemplo, el agua es tan preciosa que el Yangtsé se considera un río nutricio, como una madre.



¿Existe una relación directa entre agua y desarrollo?

G : Absolutamente. Debido a su aislamiento geográfico, los habitantes de las altas mesetas tibetanas están, de alguna manera, condenados al subdesarrollo. Por supuesto, la línea ferroviaria inaugurada en 2006 servirá a desenclavar el Tíbet, pero de momento el modo de vida no tiene nada de moderno. Una estudiante tibetana que pasaba sus vacaciones en su aldea natal, Qmar He, nos dijo que todo su tiempo libre lo empleaba en ir a buscar agua. En cambio en la ciudad, ese tiempo lo dedica al ocio y a la lectura.

Algo más lejos, río abajo, vimos un molino de agua, cosa que de por sí es ya un signo de desarrollo. Pero hizo falta mucho tiempo para que un mecanismo de tal naturaleza, sin embargo simple, se pusiera en marcha. Unos 1.000 km más abajo nos topamos con la famosa Presa de las Tres Gargantas, que también es un molino de agua, sólo que muchísimo más grande. Terminada en 2009, es el resultado de un trabajo monumental que duró 15 años. Aún más lejos nos vimos confrontados con la paradoja que caracteriza a todas las sociedades desarrolladas: ¡se quiere consumir agua pura y al mismo tiempo se vierten todos los residuos en el río! Por último, llegados a Shanghai, nos encontramos con una sociedad que comprendió desde hace mucho tiempo que para tener agua pura hay que tratar las aguas usadas.

Acceso, dominio, securización y gestión del agua de manera sostenible son las etapas de evolución que observamos a lo largo del Yangtsé.



Ustedes han podido observar la mayor presa del mundo, la de las Tres Gargantas. Es cierto que permite la navegación, por tanto el desarrollo, pero también causa importantes problemas en el medio ambiente...

G : Es cierto. La presa hizo del Yangtsé una gran vía de crecimiento que vincula el este desarrollado con el oeste subdesarrollado. Desde que el río es navegable, la ciudad de Chongqing, situada más arriba de la presa, crece con la facilidad de los hongos. ¡Mil personas se instalan en ella todos los días! En la actualidad supera los 32 millones de habitantes.

L : A esto hay que añadir que hoy día la mayor parte de las aguas servidas se vierten directamente en el Yangtsé. El agua contaminada llega luego a la presa, donde se estanca, pierde todo su oxígeno y sufre la eutrofización. El espesor de las algas en ciertos lugares del río llega hasta los 30 cm.

Matar al Yangtsé es matar a 600 millones de personas que viven en la cuenca del río, vale decir el 10% de la población terrestre. Si los chinos no actúan muy rápido transformarán la Presa de las Tres Gargantas en una gran cloaca, un vertedero al aire libre. Ellos son muy conscientes del fenómeno. Si no se toman medidas inmediatas, el tratamiento que los chinos tendrán que aplicar al agua del Yangtsé para hacerla potable será mucho más complicado de lo que es hoy día, léase imposible. Es necesario saber que en China el agua de superficie representa la principal fuente de agua potable contrariamente al agua subterránea que prácticamente no es explotada.

¿Qué ocurre con la biodiversidad en el río Yangtsé ?

G : En 2006, la contaminación, la presa, la intensificación de la navegación, la pesca extensiva acarrearon la extinción del delfín del Yangtsé. La desaparición de esta especie emblemática provocó muchos comentarios, pero existe aún un número considerable de especies amenazadas de las cuales no se habla, como la marsopa del Yangtsé, también endémica.

La desaparición del delfín también es un toque de alarma. Incluso si no se habla de sobrepoblación del planeta, podemos preguntarnos si el próximo mamífero en vías de extinción no será el hombre. Unos tres millones de personas en los países en vías de desarrollo mueren anualmente a causa de enfermedades relacionadas con el agua. Cada 17 segundos un niño muere de diarrea. Cabe preguntarse, pues, si el proceso no ha comenzado ya…

Para concluir debemos decir que el objetivo de nuestras expediciones no es criticar, sino brindar a la gente instrumentos que les permitan interpretar mejor su medio ambiente y actuar, para preservarlo mejor.


Foto 2 © Geoffroy y Loïc de la Tullaye
La vida diaria en la aldea miao de Ajigen.

Foto 3 © Geoffroy and Loïc de la Tullaye
Barcos con rumbo a Shanghai, en espera de franquear una esclusa de la presa de las Tres Gargantas.


Información de http://portal.unesco.org


El consumo de agua: “del campo al plato”

El agua que bebemos plantea menos problemas que la que “comemos”. En efecto, la agricultura absorbe el 70% de este preciado líquido, omnipresente y escaso a la vez. Para remediar la escasez de recursos hídricos los expertos preconizan, entre otras soluciones, el cultivo de plantas resistentes a la sequía y la salinidad, el almacenamiento de agua y su desalinización.


(© Guy Bescond
Riego a la usanza tradicional en la región de Mopti (Malí).

Nuestro planeta no debería llamarse Tierra, sino más bien Agua, ya que ésta cubre las tres cuartas partes del globo terráqueo. Cuatro mil millones de años después de la aparición de la vida en el agua, ésta última sigue siendo esencial para la primera. Sin embargo, el agua dulce es un bien escaso, ya que el 97,5% del líquido elemento presente en nuestro plantea es salado y, por lo tanto, inutilizable para el consumo humano. Además, la inmensa mayoría del agua dulce se halla congelada en los glaciares, oculta en profundas capas subterráneas o estancada en los pantanos. Por si fuera poco, su distribución entre las distintas regiones del mundo es muy desigual. En definitiva, los seres humanos sólo podemos utilizar un 0,0075% del agua de la Tierra.

La escasez de agua es un problema muy importante, sobre todo en los países en desarrollo, que suelen estar ubicados en regiones áridas y dependientes de la agricultura. Los cultivos agrícolas absorben la mayor parte del agua disponible para el consumo humano: casi un 70%, según el último Informe de las Naciones Unidas sobre el Desarrollo de los Recursos Hídricos en el Mundo. La cantidad de agua destinada a la agricultura podría duplicarse de aquí al año 2050.

Asia es, sin duda alguna, la región del mundo que más agua consume. Según la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), este continente es el segundo del planeta por la magnitud de sus reservas de agua, pero concentra de por sí solo el 70% de la superficie mundial de tierras agrícolas de regadío. Su agricultura absorbe el 84% de los recursos hídricos del continente. En cambio, su población –que asciende a unos 4.000 millones de personas– sólo consume el 6%, y su industria el 10%.

El continente asiático se halla en plena mutación. Se calcula que en el año 2050 el mundo estará poblado por 9.000 millones de seres humanos, de los cuales 5.000 vivirán en Asia. Además de su fuerte crecimiento demográfico, este continente se desarrolla cada vez más en el plano económico y su creciente prosperidad está cambiando radicalmente los hábitos de consumo de las poblaciones. A la producción de arroz, gran devoradora de agua, ha venido ahora a sumarse una demanda cada vez mayor de carne. China, que en 1960 producía 2,5 millones de toneladas de carne, rebasó en 2006 los 80 millones. Según el Instituto UNESCO-IHE para la Educación relativa al Agua, para obtener un kilo de arroz se necesitan 3.000 litros, mientras que la producción de un kilo de carne de bovino consume unos 16.000 litros.


Beber o llenar el depósito del automóvil




A todo esto hay que añadir el gran auge de la producción de vehículos de motor. Es preciso saber que la fabricación de un automóvil necesita entre 20.000 y 300.000 litros de agua. Una vez fabricados, los automóviles necesitan combustible para funcionar. En estos últimos años, se ha extendido mucho el consumo de biocombustibles como el etanol, que se obtiene a partir del maíz y la caña de azúcar. Su producción está redundando en beneficio de los agricultores mexicanos y brasileños, pero agrava el problema de la alimentación y el del agua.

Para producir un litro de etanol se necesitan unos 2.500 litros de agua. Según el Panorama Energético Mundial 2006, publicado por la Asociación Internacional de la Energía, el ritmo de progresión de la producción de biocombustibles se cifra en un 7% anual. En Brasil, un país donde las precipitaciones lluviosas son abundantes, esa producción no va a constituir probablemente un problema, pero en países como China y la India es muy posible que no ocurra lo mismo en el futuro.

Hoy en día, muchos mejicanos dicen: “¿Prefieres llenar el depósito de combustible de tu automóvil, o poder comer?”. No es imposible que en el futuro los asiáticos digan: “¿Prefieres llenar el depósito de combustible de tu automóvil, o tener agua para beber?”.

La agricultura es el sector que más agua despilfarra. Se calcula que más de la mitad del agua utilizada para fines agrícolas se desperdicia, lo cual representa un 30% del agua dulce disponible a escala mundial. Limitando ese derroche se puede ahorrar una cantidad de agua enorme. Para ello, se prevé utilizar diversos métodos. Jan Olof Lundqvist, investigador del Instituto Hídrico Internacional de Estocolmo, dice: “Los sistemas de regadío son muy ineficaces. Además, en la producción de alimentos se derrocha también mucha agua. Esto es lo que solemos llamar la pérdida del campo al plato”. En las faenas de recolección, almacenamiento y transporte se echan a perder más o menos la mitad de los productos cultivados. “El agua es necesaria para la producción de todos los alimentos. Por lo tanto, todo desperdicio de éstos entraña una pérdida de agua”.

También se puede ahorrar agua en los primeros eslabones de la cadena de producción agraria. En los países en desarrollo se suele recurrir al riego superficial, posibilitado por el almacenamiento del agua en embalses. Esta técnica, sencilla y barata a la vez, se utiliza en particular para el cultivo del arroz. Sin embargo tiene un inconveniente: el elevado porcentaje de agua –casi un 50%– que se pierde a causa de la evaporación y las infiltraciones.

Sería fácil ahorrar agua utilizando la técnica de riego gota a gota, consistente en regar las plantas directamente con pequeñas cantidades de agua, utilizando tubos colocados en el suelo o, mejor aún, en el subsuelo. Sin embargo, este procedimiento de ahorro de agua resulta costoso y, además, necesita conocimientos técnicos para la colocación de los tubos que, una vez instalados, impiden toda flexibilidad en materia de cultivos. “Este método de regadío consume mucha energía”, señala Jan Olof Lundqvist. “En efecto, es necesario instalar bombas para llevar el agua a toda la superficie cultivada. Las inversiones que esta técnica necesita son demasiado elevadas para aplicarla a determinados tipos de cultivos, en particular al del arroz. En definitiva, es demasiado onerosa”.



Nuevas estrategias




Para mejorar la situación, el investigador sueco estima que, en una primera etapa, “bastaría con coordinar mejor el abastecimiento en agua y las faenas agrícolas, en el caso del cultivo del arroz y de otras plantas con escaso valor añadido”. El problema que se suele plantear a este respecto es que no se dispone de agua suficiente cuando se necesita, y viceversa. Lundqvist considera apremiante que los agricultores optimicen la gestión del agua.

Otra solución es el almacenamiento del agua. “Es imprescindible que los agricultores utilicen más el ‘agua verde’, esto es, el agua de lluvia. Es necesario capturarla y conservarla, de preferencia con sistemas de almacenamiento subterráneos”, dice el investigador.

Pero, ¿qué se puede hacer en las regiones donde llueve poco? “En estas zonas el riego gota a gota es una buena solución. No obstante, sería insensato cultivar en ellas plantas devoradoras de agua”, responde Lundqvist. Aunque sea una cuestión controvertida, lo más adecuado sería cultivar plantas genéticamente modificadas, capaces de resistir a la sequía y la salinidad. “Naturalmente, los agricultores no las cultivarán si no pueden venderlas”, añade.

En esas regiones también sería posible producir biocombustibles. Por ejemplo, cultivando la jatropha curcas, una planta euforbiácea, leñosa o herbácea, cuyas variedades están extendidas por todo el planeta. Las semillas de esta especie vegetal, que necesita poca agua para su cultivo, tienen un 30% de aceite, utilizable para la fabricación de biodiesel. Su inconveniente es que también contienen sustancias tóxicas. “En la India y algunas regiones de África, la jatropha curcas se puede cultivar sin agravar los problemas de agua y alimentación. Pero en esto, como en todo, lo importante será a qué escala se cultive. Cabe suponer que será relativamente reducida, teniendo en cuenta la cantidad de energía que su cultivo necesita”.

Además del ahorro de agua, para las regiones áridas hay otra solución posible: explotar nuevas fuentes de agua abundante, por ejemplo la del mar. Sin embargo, su desalinización es muy costosa en energía y exige importantes inversiones financieras. De ahí que esta técnica todavía no haya cobrado un auge importante. En la agricultura sólo se usa el 1% del agua desalinizada actualmente. “Aunque el nuevo procedimiento de membranas haya reducido el costo de la desalinización, reduciéndolo a 50 céntimos de dólar por mil litros, sigue siendo una técnica demasiado costosa para la producción alimentaria, habida cuenta de la gran cantidad de agua que ésta necesita”, dice Jan Olof Lundqvist. Por eso, el investigador cree que la desalinización se adapta más a la obtención de agua potable, o la producción de algunos alimentos con un alto valor añadido.

Si se consigue reducir aún más el costo de la desalinización, las consecuencias de la escasez de agua se paliarán considerablemente. La Fundación Desertec ha preparado proyectos de plantas desalinizadoras que funcionan con energía suministrada por centrales térmicas de concentración directa de las radiaciones solares, capaces de producir electricidad a bajo costo en el Oriente Medio y las zonas costeras de África del Norte. Como estas dos regiones figuran entre las más áridas del mundo, los proyectos de ese tipo podrían resolver sus problemas de una vez.

En los años venideros, el cambio climático va a agravar también la crisis del agua. “El régimen pluviométrico va a experimentar alteraciones considerables –advierte Lundqvist– y por eso es importante preparar una estrategia que coordine mejor el riego y los sistemas de irrigación complementarios con los recursos locales de agua de lluvia, que será preciso almacenar bajo tierra”. Una empresa de este tipo supone todo un reto, pero el investigador está convencido de que se puede afrontar. “Soy optimista por naturaleza”, concluye diciendo el investigador sueco.

Jens Lubbadeh, periodista del semanario Der Spiegel (Alemania)


Foto 2 © Lisa Grimaud
Cerca de la mitad del agua usada en la agricultura se desperdicia.

Foto 3 © Eko Sulisyono
La “jathropha curcas” necesita poca agua y puede constituir una alternativa “verde” para la producción de biocombustible.


Información de http://portal.unesco.org

El agua en un mundo en cambio

No estamos en una situación de crisis generalizada del agua, declara Olcay Ünver, Coordinador del Programa Mundial de Evaluación de los Recursos Hídricos. Pero, aunque las crisis del agua son de carácter local, el clima es mundial, por lo que hemos de encontrar soluciones comunes a este problema que pone en juego el porvenir del planeta.


(© Derechos reservados
Olcay Ünver, coordinador del Programa Mundial de Evaluación de los Recursos Hídricos.)

Con motivo de la reciente presentación del tercer Informe de las Naciones Unidas sobre el Desarrollo de los Recursos Hídricos en el Mundo en Estambul (Turquía), Olcay Ünver respondió a una entrevista de Cathy Nolan (UNESCO). He aquí algunos fragmentos de sus palabras.


¿Qué novedades se han producido desde la publicación del anterior informe, hace tres años? ¿Podría resumir las más destacadas?

En los tres últimos años se han registrado progresos considerables en algunos ámbitos y se han cosechado algunas decepciones en otros. En lo referente al agua potable segura, por ejemplo, se alcanzará probablemente la meta fijada en los Objetivos de Desarrollo del Milenio, gracias a la ambiciosa campaña realizada por las Naciones Unidas, que ha contado con la aprobación de la comunidad internacional. Lamentablemente, el África Subsahariana constituye una importante excepción a este respecto y, por lo tanto, será necesario prestarle una atención especial. Algunos países árabes también tropiezan con dificultades en este ámbito.

Por otra parte, es muy posible que la meta relativa al saneamiento no se alcance, si persisten las tendencias actuales. De ahí que estemos apremiando a la comunidad internacional para que dedique más recursos al saneamiento.

Cuando una economía se desarrolla y aumenta el poder adquisitivo de la población, el consumo de agua también tiende a aumentar. En el informe se dan ejemplos ilustrativos de que, en definitiva, lo que plantea problemas no es el agua que bebemos, sino más bien la que “comemos”. El volumen de agua necesario para producir alimentos y otras mercancías es lo que denominamos “huella del agua” o “agua virtual”.

El hecho de que la población de los países de economías emergentes aumente su consumo de carne, disminuyendo al mismo tiempo el de cereales y arroz, o haga tres comidas por día, en vez de dos, se traduce por un mayor consumo de agua. Asimismo, el incremento de la demanda de automóviles y otros productos de consumo trae consigo una mayor necesidad de agua. A todo esto hay que añadir la contaminación generada por el incremento de las actividades de la industria alimentaria y manufacturera, que también afecta al agua.

Otro de los mensajes del informe es que los problemas relacionados con el agua son creados y resueltos potencialmente por responsables que no son los que administran efectivamente los recursos hídricos. Gracias a los dos informes anteriores se ha logrado un consenso entre los expertos en recursos hídricos. Sin embargo, ha llegado el momento de salir del reducido medio de los especialistas y ampliar el círculo de personas involucradas en la identificación y solución de los problemas del agua.


¿Incita el informe a invertir en los recursos hídricos?

El informe dedica un capítulo entero a la cuestión de las inversiones. Es evidente que la actual crisis va a tener repercusiones en el sector del agua. Lo que decimos nosotros a este respecto es que no se deben descuidar las infraestructuras de abastecimiento de agua y saneamiento, y que las inversiones en esas infraestructuras tienen que intensificarse. Invertir en el agua no sólo redunda en beneficio de la sociedad, sino también de la economía.

¿ El informe formula recomendaciones para evitar una crisis del agua?

El informe no tiene un carácter preceptivo. En muchas partes del mundo hay crisis que afectan a los recursos hídricos, pero si la hidrología es local, la meteorología, en cambio, es global. Hoy en día, hay crisis de recursos hídricos en diferentes lugares del planeta, pero no se puede decir que haya una crisis mundial.

En el informe sí que ponemos en guardia contra el hecho de no tratar adecuadamente las crisis existentes y de no integrar plenamente la cuestión de los recursos hídricos en marcos de adopción de decisiones de alcance más general. Un buen ejemplo de esto nos lo proporciona el sector alimentario. Si se desea aumentar la producción de alimentos, pero se carece de los recursos necesarios –agua para el riego, en este caso–, se tropieza con una limitación. No es posible resolver la crisis alimentaria de forma aislada, porque la intensidad de la presión ejercida sobre los recursos hídricos puede provocar una crisis de éstos.



La cuestión del agua se está politizando cada vez más, debido a su escasez. ¿Se trata este aspecto en el informe?

Obviamente, cuando los recursos abundan todo el mundo está contento. Pero si los recursos disminuyen o aumenta su demanda, la competición se agudiza y es preciso tratar la demanda en el plano económico, social y jurídico, o en estos tres planos a la vez. Cuando la situación empeora, puede ser necesario trasvasar el agua de unos sectores a otros, y entonces la competición puede degenerar en conflicto. Por eso es muy importante tratar con acierto la competición, a fin de impedir los conflictos. Las recomendaciones que formula el informe son de carácter general, como de costumbre. Pero el informe indica que tanto los problemas del agua como sus soluciones dependen de las circunstancias específicas de cada país o sociedad: dotación de recursos, capacidad financiera, cultura y marco jurídico. Cada país tiene que tratar de encontrar sus propias soluciones, sacando lecciones de los que han logrado resolver con éxito sus problemas.

Foto 2 : © Richard Annable
“Para afrontar la crisis actual, la importancia de las infraestructuras relacionadas con el agua y de su buena administración es mayor que nunca”.

Foto 3 : © UNESCO
Portada del último Informe de las Naciones Unidas sobre el Desarrollo de los Recursos Hídricos.


Información de http://portal.unesco.org/

Agua: vital, pero maltratada

Sometida a una creciente demanda, malgastada, víctima de una falta crónica de inversiones: el agua podría escasear más pronto de lo que pensamos. Aunque cubre tres cuartas partes de la superficie de la Tierra, sólo el 0,0075% de ese volumen inmenso es realmente utilizable para la humanidad. Hay países que están ya al límite de sus recursos.
Urge, pues, actuar, insiste el Informe Mundial de las Naciones Unidas sobre el Desarrollo de los Recursos Hídricos, “El agua en un mundo en cambio”, que acaba de presentarse en Estambul (Turquía). El Correo de la UNESCO examina algunas estrategias para gestionarla mejor y evitar abusos.



(Imagen de © Rodney Dekker
El embalse de Laanecoorie, en Bendigo (Australia).

En momentos en que la demanda de agua aumenta, algunos países están llegando al límite de la explotación de sus recursos hídricos. Por otra parte, es muy probable que los efectos del cambio climático contribuyan a agravar la situación. Además, está surgiendo el espectro de posibles rivalidades por el agua no sólo entre diferentes países, sino también entre distintos sectores de actividad y entre las zonas rurales y las urbanas. Esto podría hacer que la cuestión del agua se politizase en el futuro.

El acceso al agua sigue siendo un problema grave en buena parte del mundo en desarrollo. Además, la relación que guarda la pobreza con el acceso al agua es manifiesta: el número de personas que viven al día con menos de 1,25 dólar coincide aproximadamente con el de las que carecen de agua potable segura. Resultado: casi un 80% de las enfermedades que azotan a los países en desarrollo guardan relación con el agua y causan la muerte prematura de unos tres millones de personas. Por ejemplo, la diarrea mata cada día en el mundo a unos 5.000 niños, esto es, uno cada 17 segundos. Una décima parte de las enfermedades que se dan a nivel mundial se podrían evitar mejorando el abastecimiento de agua, los servicios de saneamiento, la higiene y la gestión de los recursos hídricos.


Un kilo de carne = 16.000 litros de agua



Aunque una parte de la población mundial sigue careciendo de acceso al agua, la demanda actual de ésta es mayor que nunca. En los últimos 50 años, las extracciones de agua dulce se han triplicado y la superficie de las tierras de regadío se ha duplicado. Esto se debe básicamente al crecimiento demográfico. En efecto, la población mundial –estimada actualmente en 6.600 millones de personas– sigue creciendo a un ritmo de 80 millones por año, lo que se traduce en un incremento de la demanda adicional de agua dulce cifrado en unos 64.000 millones de metros cúbicos anuales.

El crecimiento demográfico implica también una mayor demanda de productos agrícolas y, por lo tanto, de agua. La agricultura es, con gran diferencia, el sector que más agua gasta. En efecto, representa consume un 70% del consumo total de agua, mientras que el agua destinada a usos industriales y la dedicada a usos domésticos representan un 20% y un 10%, respectivamente.

Al mismo tiempo, en los últimos años se han registrado cambios en los modos de vida y los hábitos alimentarios. A este respecto, cabe señalar que la producción de un kilo de trigo necesita entre 800 y 4.000 litros de agua, y la de un kilo de carne de vacuno entre 2.000 y 16.000 litros.

Asimismo, el calentamiento de la Tierra aumentará la escasez de agua. Según las previsiones de los expertos, en 2030 casi la mitad de la población mundial vivirá en zonas donde la presión ejercida sobre los recursos hídricos será muy intensa. Y el número de personas que podrían verse desplazadas a causa de esa escasez oscilaría entre 24 y 700 millones.

El agua es, pues, una de las cuestiones clave que tienen que afrontar los países, en particular los países en desarrollo. Sin embargo, la ayuda pública a las inversiones en recursos hídricos representa solamente un 5% del total de la ayuda oficial al desarrollo.

Al mismo tiempo, la corrupción podría incrementar en unos 50.000 millones de dólares el costo de las inversiones en el sector de los recursos hídricos: los fraudes en los contadores, el favoritismo en las compras de equipamientos por parte del sector público, y el nepotismo en la concesión de contratas públicas son algunas de las formas de corrupción más frecuentes. En algunos países, las corruptelas relacionadas con el agua pueden suponer malversaciones de hasta un 30% de los recursos presupuestarios.

Aunque es poco frecuente que se trate de poner freno a estos modos de proceder, algunos países, como Sudáfrica, han adoptado iniciativas para combatirla


Gestionar la crisis



Confrontados a una creciente escasez de agua, algunos países han empezado ya a integrar en los planes de desarrollo nacionales sus estrategias de gestión de los recursos hídricos: 40% del agua de Gaza (Territorios Autónomos Palestinos), 15% de la de Israel y 16% de la de Egipto es reciclada.

Otro procedimiento es la desalinización del agua del mar para usarla como agua potable, o destinarla a usos industriales, en los países que han llegado al límite de explotación de sus recursos hídricos renovables (Arabia Saudita, Israel y Chipre).

El Proyecto del Sudeste de Anatolia (GAP), que se está realizando en Turquía, merece también atención. De un costo global calculado en 32.000 millones de dólares, más de la mitad (17.000 millones) ya se han invertido. Gracias a la extensión de los cultivos de regadío, la renta per cápita de las zonas rurales beneficiarias se ha triplicado. La electrificación de esas zonas irrigadas y el acceso de sus poblaciones al suministro de energía eléctrica se cifran hoy en un 90%. Además, los índices de alfabetización han subido, las tasas de mortalidad infantil han bajado, la creación de nuevas empresas ha aumentado y el régimen de propiedad de la tierra está evolucionado hacia esquemas más equitativos. Los asentamientos urbanos provistos de abastecimiento en agua potable se han multiplicado por cuatro. En definitiva, esta región de Turquía ha dejado de ser la más atrasada del país en el plano económico.

Australia también ha modificado su política hídrica, adoptando toda una serie de nuevas medidas. En las ciudades más importantes de este país se han impuesto restricciones en el riego de jardines, el lavado de automóviles, el llenado de piscinas, etc. En 2008, el abastecimiento de agua en Sidney se escindió en dos: uno dedicado al aprovisionamiento en agua potable y otro destinado a proporcionar agua reciclada para los demás usos.

Este número del Correo de la UNESCO propone una serie de artículos que ilustran algunos de los principales temas tratados en el último Informe, titulado “El agua en un mundo en cambio”.

Agnès Bardon (UNESCO)


Foto 2 : © Jeffrey Tam
Un bistec para dos (Hong Kong).

Foto 3 © D. Janine
Aljibe de agua de lluvia en la isla de Fogo (Cabo Verde).

Información de :http://portal.unesco.org/