(© DR
“Mou-ak” (danza folclórica). Obra del artista coreano Kim Ki-Chang, donada a la colección de obras de arte de la UNESCO en 1982. Fotografía: Patrick Lagès.)
Un largo periplo desde China hasta el Irán, guiados por la brújula de la caligrafía; un nostálgico recorrido por París, tras los pasos de un fotógrafo japonés; una peregrinación a los orígenes del kung fu, arte marcial chino hoy internacionalizado; la vuelta al mundo de la seda tailandesa; una correría por Turquía al son de la música bretona… Este mes, El Correo de la UNESCO dedica sus páginas a la diversidad cultural
Este año, la celebración del Día Mundial de la Diversidad Cultural (21 de mayo que ya paso) cobró un relieve excepcional. A lo largo de todo el mes de mayo, decenas de artistas llegados del mundo entero dieron testimonio de la riqueza del patrimonio cultural de la humanidad, en el marco del primer Festival Internacional de la Diversidad Cultural. Celebrado simultáneamente en varios países y en la sede de la Organización, este evento ha mostrado palpablemente la profunda afinidad existente entre la cultura y la diversidad, de la que El Correo de la UNESCO se hace eco en el presente número.
La relación entre la cultura y la diversidad es una relación de fundamento mutuo. En efecto, la cultura es la especificidad de un modo ser original, reconocible por sus obras y sus signos, que se enorgullece con razón de ser totalmente distinto de cualquier otro modo de ser y, al mismo tiempo, es una apertura a todo lo que parece ser diferente, una fascinación por lo inédito. Por eso, la cultura es, a un tiempo e igualmente, una profundización de la diferencia y una construcción permanente de lo universal, que son siempre inacabadas e inagotables. Así considerada, la cultura es simplemente el trabajo de la diversidad, esto es, la explicitación y el enriquecimiento de esta última. Podríamos decir que no hay diversidad sin cultura y, viceversa, que no hay cultura sin diversidad.
Esta observación cobra su plena fuerza en un mundo que se ha convertido, por primera vez, en un espacio integrado de diversidad y ha dejado de ser un ámbito en el que se yuxtaponían presuntas diferencias. Hoy en día, habitamos una Tierra poblada por una sola humanidad y, probablemente, por un solo reino viviente formado por la totalidad de las especies. El concepto que nos permite entablar una reflexión sobre este estado de cosas, determinante para el destino de la humanidad, es el concepto de diversidad.
Sólo este concepto emana a la vez de una referencia a lo universal y de una consideración de las singularidades, proclamando ambas conjuntamente. Así considerada, esta noción ofrece al “espíritu de los hombres” un nuevo enfoque de su condición común, que es el único capaz de responder a la realidad de su destino también común. Es fundamental que la diversidad se convierta en el recurso de la comprensión humana del mundo.
(Photo 2 : © UNESCO/Georges Malempré
Mujer de las Islas Célebes (Indonesia).)
Desde la proclamación de su Constitución en 1945, la UNESCO se esfuerza por promover la diversidad. Su acción más reciente en este ámbito se ha traducido por la adopción de la Declaración Universal sobre la Diversidad Cultural en 2001 y de la Convención sobre la Diversidad de las Expresiones Culturales en 2005. El Festival Internacional de la Diversidad Cultural, celebrado este año simultáneamente en toda una serie de países y en la sede de la UNESCO, ha tenido por objeto mostrar la afinidad esencial que se da entre la cultura y la diversidad.
Haciéndose eco de este Festival, este número de El Correo de la UNESCO se asocia a la celebración de la diversidad cultural.
Françoise Rivière, Subdirectora General de Cultura de la UNESCO
Información de http://portal.unesco.org/
No hay comentarios.:
Publicar un comentario